Os saluda Edmundo, el gerente de esta pequeña empresa familiar que echó a andar hace más de 60 años. Entonces los cerdos se recogían a mano, se pesaban en la romana y se llevaban andando al sacrificio.
Luego se empezó con las salas habilitadas para los carniceros y más tarde aún hubo que trasladarse a mataderos homologados. Actualmente se sigue elaborando de la misma forma artesanal y cuidando la tradición de aquellos productos naturales que tanto gustaron, sin conservantes ni colorantes, ni productos artificiales.
Saboraamatanza es una ventana a Extremadura, a esos pueblos que se están despoblando día a día, pero que siguen conservando todo su sabor y las costumbres de toda la vida.